Ama el revolcón que te tumbó!

No suena popular, aunque lo diré igual, nuevamente: Ama aquello que te tumbó, que te noqueó, que te tiró de espaldas!

Es lo que te permitirá quedar con la cara hacia las estrellas, lo que hará posible que, contemplando el infinito, te vuelvas hacia adentro, donde TAMBIËN mora el infinito, porque así como es el Macrocosmos es el Microcosmos que habita en nuestro interior...y así como en el espacio sideral mora el silencio,  mora también, muy adentro y en lo profundo, nuestro silencio interior...Y así como en el firmamento refulgen las estrellas, en nuestro interior brillan diamantes de sabiduría, tesoros de perdón, de paz, y sobre todo, de Amor...Las personas a veces necesitamos muchos episodios "negros" en nuestra vida, para rendirnos, y con los brazos abiertos,conectarnos con la Fuente de todo lo que Es...Mirando la caída como oportunidad, podemos levantarnos fortalecidos y transformados...